domingo, 16 de marzo de 2025

Charla sobre fotoprotección solar: protege tu piel y ojos de los efectos ocultos de la radiación solar (Día Mundial de los Derechos del Consumidor).)

 




El viernes 14 de marzo, Jorge y Laura, farmacéutico y enfermera del área sanitaria VII de Asturias, realizaron por primera vez en el IES Valle de Aller un charla de fotoprotección solar. Este taller surgió de la necesidad de concienciar a los estudiantes de 4º de ESO sobre los peligros que la exposición excesiva al sol puede causar, como quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel y cáncer de piel, además de los riesgos para la salud ocular. Por otra parte, los daños solares son acumulativos y pueden afectar a la piel y otros órganos a largo plazo.



 
La importancia del sol para los seres vivos y el ser humano

El Sol es la fuente de energía primordial para la vida en la Tierra. A través de la fotosíntesis, las plantas, algas y cianobacterias captan la energía solar para producir materia orgánica, base de la cadena alimentaria, y liberan oxígeno. Además, la energía solar calienta la atmósfera y los océanos, lo que impulsa los vientos, las corrientes marinas y el ciclo del agua, fundamental para el equilibrio del planeta.





Los seres vivos, incluidos los humanos, dependen de la luz solar para regular sus ciclos biológicos, controlar su actividad diaria y coordinar procesos esenciales como la reproducción y las migraciones. Los humanos solo somos capaces de ver el espectro visible, mientras que otras especies, como algunas aves e insectos, pueden detectar radiación ultravioleta, y ciertos depredadores nocturnos son capaces de percibir radiación infrarroja.



 
El efecto del sol en la salud humana

El Sol no solo es esencial para la vida, sino que también tiene efectos importantes en nuestro bienestar. La exposición solar influye en la producción de serotonina y melatonina. La serotonina está asociada con el estado de ánimo, mientras que la melatonina regula el sueño. Ambos son fundamentales para nuestra salud mental y emocional, ayudando a prevenir la depresión estacional.

Además, la exposición a la radiación UV-B es necesaria para que nuestra piel produzca vitamina D, vital para la salud ósea y muscular y el sistema inmunológico. La vitamina D es especialmente crucial a medida que envejecemos, ya que a partir de los 25 años comenzamos a perder masa muscular, y en las mujeres, la menopausia puede causar una disminución significativa en la masa ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis.



 
Radiaciones solares

El Sol emite diversas radiaciones, entre ellas luz visible, infrarroja y ultravioleta.

A continuación se detallan las diferentes radiaciones solares que atraviesan la atmósfera:

  • Luz visible (400-700 nm): Atraviesa casi al 100% la atmósfera y es la principal fuente de iluminación natural.
  • Infrarrojo cercano (700 nm - 3 µm): Responsable del calor que sentimos al sol. Contribuye al envejecimiento prematuro de la piel, causando arrugas y flacidez.

  • Radiación ultravioleta A (UV-A, 315-400 nm): Penetra profundamente en la piel, llegando a la dermis, y puede causar envejecimiento prematuro de la piel (arrugas, manchas). Su exposición prolongada también está asociada al desarrollo de cáncer de piel, incluido el melanoma.
  • Radiación ultravioleta B (UV-B, 280-315 nm): Filtrada en un 90-95% por la capa de ozono, pero la radiación que llega es suficiente para estimular la producción de vitamina D y, al mismo tiempo, puede provocar enrojecimiento, quemaduras solares y aumentar el riesgo de cáncer de piel.
 
Estas radiaciones no atraviesan la atmósfera:

  • Radiación ultravioleta C (UV-C, 100-280 nm): Bloqueada completamente por la capa de ozono, aunque es la más peligrosa, no llega a la superficie terrestre.
  • Infrarrojo medio y lejano: Absorbido principalmente por el vapor de agua y el dióxido de carbono en la atmósfera.
 
La ausencia de atmósfera protectora en planetas como Marte complica la exploración espacial y por ello, los astronautas deben utilizar trajes especiales al salir de la nave, que les proporcionen protección contra las radiaciones solares.
 
Es importante recordar que, incluso en días nublados, los rayos UV pueden atravesar las nubes y seguir afectando la piel. Para actividades al aire libre, es recomendable consultar la información sobre la radiación ultravioleta (UV) en las aplicaciones meteorológicas. Puede sorprender que, incluso en un día de invierno lluvioso en Asturias, el índice de radiación UV pueda alcanzar un valor de 3. En España, lo común es que este índice esté alrededor de 8 durante los meses más cálidos.



 
Factores de Riesgo para la Exposición Solar

Factores endógenos

  • Color de los ojos: Las personas con ojos más oscuros, que tienen mayor cantidad de melanina, están mejor protegidas frente a los efectos dañinos del sol.
  • Color de la piel: Las pieles con mayor concentración de melanina, como las pieles tipo V y VI (comunes en personas hindúes y de ascendencia africana), tienen mayor protección natural. Las pieles muy claras (tipos I y II) son más vulnerables a los daños solares.
Factores exógenos

  • Altitud: En zonas de alta montaña, la atmósfera es más delgada, lo que aumenta la exposición a la radiación ultravioleta.
  • Reflexión en la playa y la nieve: La arena, el agua, la nieve y el hielo reflejan los rayos solares, lo que intensifica la radiación UV.
  • Superficies urbanas: El asfalto y el concreto de las ciudades también reflejan radiación solar.
  • Cabinas de bronceado de rayos UV-A y lámparas de radiación ultravioleta UV-A usadas en manicuras y pedicuras:  Incrementan la exposición.
  • Horarios de mayor radiación: Entre las 12:00 y las 16:00 horas, especialmente en verano, los rayos solares son más intensos.
  • Medicamentos fototóxicos: Algunos medicamentos de uso cotidiano pueden hacer que la piel sea más sensible a la radiación UV, aumentando el riesgo de quemaduras solares.
  • Latitud: Las zonas cercanas al ecuador tienen mayor radiación UV debido a la incidencia más directa de los rayos solares.
 


Fotoprotección ocular

El ojo humano tiene su propia protección natural contra la radiación, gracias a estructuras como la córnea, el cristalino, las pestañas, las cejas y los párpados. Sin embargo, en situaciones de exposición intensa al sol, es necesario proteger los ojos adicionalmente. Las gafas de sol son una excelente opción, pero deben cumplir ciertos requisitos:

  • Marcado CE para garantizar su calidad y seguridad.
  • Filtros UV 400, con un 100% de protección frente a la radiación UV-A y UV-B
  • Capacidad para bloquear el 75% de la luz visible (filtro 3).
  • Compra en lugares especializados.
Las gafas son especialmente importantes en altas montañas y en superficies reflejantes como la nieve

Las gafas fotocromáticas, que se oscurecen con la luz solar, son muy útiles para adaptarse a condiciones cambiantes de luminosidad. 

Para días nublados, las gafas con lentes amarillas pueden ser beneficiosas, ya que mejoran el contraste y la visibilidad.

El daño ocular debido a la exposición excesiva a los rayos solares puede causar conjuntivitis, así como daños en la retina o en el nervio óptico, afectando la visión a largo plazo. 




 

Fotoprotección cutánea

Además de utilizar ropa adecuada (sombreros, gorras, manga larga y pantalones largos), usar sombrillas y buscar sombra, es fundamental aplicar protectores solares con un SPF mínimo de 30, preferiblemente 50,  30 minutos antes de la exposición y renovarlo cada 2 horas, o más a menudo, si estamos en el agua o sudando.

Los bronceadores sin sol pueden dar color a la piel, pero no ofrecen ninguna protección frente a la radiación solar, por lo que no sustituyen a un protector solar.

Tras la exposición al sol, es fundamental aplicar cremas hidratantes o aftersun para evitar el envejecimiento prematuro de la piel. El aloe vera es una excelente opción para calmar la piel irritada.

El melanoma es un tipo de cáncer de piel muy invasivo que suele desarrollarse rápidamente. Por eso, es esencial vigilar cualquier cambio en los lunares o manchas de la piel, como alteraciones en color, textura o forma. Herramientas como  Melanoma Test, FotoSkin, AI Dermatolgist, Miiskin Skin Tracker, Molexpler pueden ayudarnos a detectar lunares peligrosos de forma temprana.

Una dieta rica en antioxidantes, a base de frutas y verduras de color, puede ayudar a proteger la piel desde el interior, actuando como una barrera natural contra el daño solar.
 
Hay áreas de la piel especialmente sensibles que requieren cuidados adicionales como los labios y el rostro. Además, nunca debemos exponer al sol manchas o lunares ya que la radiación puede alterarlos.



















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