Luego de participar en el taller de Ciencia Ciudadana sobre la Observación de Microplásticos, impartido el 10 de febrero por los miembros de Biodevas Sergio Alonso y José Carlos Nieto Ramos al profesor del Ámbito Científico-Tecnológico Diego Fernández Díaz, y en una segunda ocasión ofrecido el 22 de febrero por Sergio Alonso al alumnado de 3º de ESO del Programa de Diversificación Curricular , llevamos a cabo nuestro primer muestreo de microplásticos en el lugar habitual del río Aller.
La verdadera amenaza reside en los microplásticos, partículas de 1 micra -5 mm y provenientes de la descomposición de plásticos más grandes debido a la luz solar, la temperatura y la actividad microbiana. Estas partículas están presentes en el agua e incluso en el aire, y pueden ingresar a la cadena alimentaria. Una vez dentro de los organismos, actúan como disruptores endocrinos debido a sus aditivos. En el caso de los filtradores, causan saciedad, lo que conduce a la muerte por malnutrición, ya que los microplásticos no les aportan nutrientes. Además, son una fuente de patógenos, pues propagan organismos microscópicos como virus y bacterias que se adhieren a ellos.
Los plásticos depositados en el sedimento de
ríos y playas alteran las condiciones ambientales, afectando las propiedades
físicas de la arena y disminuyendo la absorción de calor. Además, el
microplástico actúa como una esponja de contaminantes, adsorbiendo sustancias
tóxicas del entorno.
En Asturias las corrientes van hacia el este,
lo que provoca una mayor concentración de microplásticos en esa dirección. También se ha observado que las
playas con más basura tienen más plumeros de la pampa, debido a que estos se extienden por
lugares más degradados.
Para llevar a cabo el proceso de filtrado del
agua, utilizamos el émbolo del Aeropress, que tiene una capacidad de
aproximadamente 200 mL. Para alcanzar los 3L deseados, debemos realizar el
filtrado equivalente a 15 émbolos. Es crucial tener en cuenta que al presionar
con el émbolo, es necesario evitar llegar hasta el final, ya que la punta
podría retener posibles fibras presentes en el filtro de poro de 0.8 micras.
Para favorecer el secado del filtro, se puede realizar varias veces el filtrado
solo con aire.
Para realizar el recuento de fragmentos de plástico bajo la lupa nos ayudamos lupa de las pinzas. Lo revisamos sistemáticamente, evitando pasar dos veces por el mismo sitio para evitar contar dos veces el mismo plástico, moviéndolo, por ejemplo, siempre de izquierda a derecha.
Anotamos cada fibra, fragmento
o microesfera (pellet) que veamos, incluyendo el color. Clasificaremos cada
fibra y fragmento en seis categorías de colores:
"blancos/transparentes", "negros", "azules",
"rojos", "verdes" y "otros" (el resto de
colores). Los pellets, que suelen ser pocos y generalmente blanquecinos, los
contamos sin clasificar más.
En caso de duda sobre si un
objeto es de plástico o no, podemos tocarlo con una aguja calentada con un
mechero. Si se deforma al contacto, es plástico. Si no se altera o se rompe sin
deformarse, probablemente sea un palito o un trozo de concha.
Una vez contados y anotados
todos los microplásticos del filtro, transferimos los datos al formulario, introduciendo previamente el código
del punto de muestreo, la fecha y hora, el número de litros filtrados. En caso de no encontrar alguna
categoría, colocamos 0.
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