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El
alumnado del IES Valle de Aller participó en una enriquecedora visita al Museo
de Geología de la Universidad de Oviedo, guiada por su director, Luis
Miguel Rodríguez Terente, galardonado con el Premio a la Divulgación de
la Sociedad Geológica Asturiana (Sogeas) por su amplia trayectoria como
docente universitario y comunicador, con más de tres décadas dedicadas a la
puesta en valor del patrimonio geológico y mineralógico de Asturias. También recorrimos
el Jardín
Geológico que incluye un recorrido por el tiempo geológico y por más de 40
grandes muestras de la Cordillera Cantábrica representativas de los diferentes
periodos.
La
actividad permitió al alumnado explorar de forma directa los recursos
geológicos como parte del patrimonio natural, comprender su papel en los
ecosistemas y reflexionar sobre su gestión sostenible. La visita contó, además,
con la participación especial de Esperanza Fueyo, presidenta de la Sociedad
Humanitarios de San Martín, cuya presencia aportó una valiosa dimensión
cultural y comunitaria. Su intervención ayudó a tender puentes entre la
ciencia, la tradición y la identidad local, reforzando la perspectiva integral
del proyecto en torno al desarrollo sostenible y el conocimiento del entorno.
Viaje al interior de la Tierra... ¡desde el aula!
Nuestra exploración comenzó con una mirada directa a los elementos en estado puro de la tabla periódica que forman parte de nuestro planeta y de los seres vivos. Observamos una colección de minerales que contienen estos elementos esenciales. ¿Sabías que el talio es uno de los elementos más venenosos o que el rodio es el más caro? El oro, por su parte, puede encontrarse en la naturaleza en forma aislada, mientras que la mayoría de los elementos químicos forman minerales, y estos a su vez componen las rocas.
A continuación, proyectamos en la pantalla digital un recorrido visual por las tres capas principales de la Tierra: corteza, manto y núcleo. Una curiosidad que sorprendió a muchos: el núcleo terrestre, encapsulado por el manto, es clave para que tengamos atmósfera. Gracias a la rotación del planeta, este núcleo genera un campo magnético que nos protege del viento solar, impidiendo que los gases de la atmósfera escapen al espacio.
Aunque podemos estudiar y clasificar muchas rocas, no conocemos de forma directa aquellas que se encuentran a más de 650 km de profundidad, lo que añade un componente de misterio al estudio de la geosfera.
Rocas sedimentarias de Aller... y más allá
En nuestro análisis de las rocas sedimentarias, distinguimos tres tipos según el tamaño de sus partículas: conglomerado, arenisca y lutita. En el concejo de Aller predominan las calizas, una roca sedimentaria de gran valor geológico. Sin embargo, al desplazarnos hacia la franja costera entre Cudillero y Ribadeo, observamos cómo estas rocas sufren procesos de metamorfismo, transformándose en mármol, pizarra o cuarcita.
Aunque en Asturias no abundan las rocas ígneas o magmáticas, sí mencionamos casos destacados del territorio español, como el granito (roca magmática plutónica) en Extremadura o el basalto (magmática volcánica) en las Islas Canarias.
Minerales: composición, estructura y curiosidades
Estudiamos también los minerales que componen las rocas, prestando atención a aspectos como la composición química y la estructura cristalina. Un ejemplo fascinante fue el del diamante y el grafito: ambos formados exclusivamente por carbono, pero con propiedades muy distintas debido a las condiciones de presión y temperatura en las que se forman.
Exploramos también minerales indicadores del grado de metamorfismo, como la calcita y el aragonito, así como los isomorfos, que cristalizan en la misma red cristalina pero varían en su composición química, como ocurre con la calcita y la magnesita, donde los átomos se sustituyen por otros de tamaño y carga similares sin modificar la estructura del cristal.
Hablamos de yacimientos hidrotermales, que pueden contener metales como cobre, oro y plata, y de minerales como la calcedonia y el cuarzo, que comparten composición química (dióxido de silicio) pero se diferencian en color y aspecto.
En cuanto a los minerales asturianos, descubrimos ejemplares únicos como la blenda acaramelada (esfalerita) de los Picos de Europa, aunque sin duda el mineral más representativo de nuestra región es la fluorita, con importantes yacimientos en Colunga, Villabona y Grado.
Cristalografía, dureza y efectos ópticos
Profundizamos en la cristalografía de los minerales, su clasificación según la escala de Mohs, que mide la dureza, y en la existencia de imitaciones sintéticas como la circonita, un sustituto común del diamante en joyería.
Observamos cómo el color de los minerales está relacionado con su comportamiento frente a la luz: los minerales negros absorben toda la radiación visible, mientras que los blancos la reflejan en su totalidad. Además, exploramos fenómenos ópticos como la fluorescencia y la fosforescencia, que se activan bajo luz ultravioleta o violeta, una radiación que, aunque fascinante, puede ser perjudicial para la vista si no se maneja con precaución.
Detrás del museo: el trabajo invisible
Finalmente, conocimos de primera mano el trabajo del conservador del museo, quien nos explicó la importancia de mantener actualizada y en buen estado toda la colección: limpieza, catalogación y adaptación constante a nuevos descubrimientos y necesidades educativas.
Uno de los problemas más urgentes
que afronta el Museo de Geología de la Universidad de Oviedo que más nos ha
llamado la atención es la falta de recursos para adquirir vitrinas
expositivas. Esta limitación ha impedido completar varias secciones de la
exposición permanente, dejando piezas clave del patrimonio geológico
asturiano y nacional ocultas al público, almacenadas por no contar con
medios materiales adecuados para su exhibición.
Esta carencia no es solo estética
o logística: afecta de lleno a la función educativa y divulgativa del museo,
especialmente en lo que respecta a la parte dedicada a fósiles, pues cada año
el museo recibe a miles de estudiantes y visitantes interesados en descubrir la
historia geológica de nuestro territorio.
¿No habrá alguna entidad,
comercio o particular que pueda donar esas vitrinas y contribuir así a
preservar y compartir este valioso legado científico? A veces, un pequeño gesto
tiene un gran impacto en la educación y la cultura de todos.
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