A pesar de algunos contratiempos sufridos en nuestro ecohuerto —como el arranque de berzas, el pisoteo de las patatas, el aplastamiento de cebollas y hasta la rotura de algunos de los árboles plantados— el alumnado del IES Valle de Aller no se rinde. Sigue trabajando con ilusión y constancia en las tareas de mantenimiento, limpieza y nuevas plantaciones.
En las fotografías se les observa sembrando ajo puerro y cuidando el espacio común que es también un aula al aire libre donde aprendemos sobre biodiversidad, sostenibilidad y compromiso.
Estos pequeños desafíos nos enseñan a cuidar lo que es de todos y todas, a valorar el esfuerzo colectivo y a seguir sembrando futuro con cada planta que crece. Porque el huerto no es solo un proyecto: es una lección viva de responsabilidad, respeto y resiliencia.
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