jueves, 21 de diciembre de 2023

Senderismo educativo, saludable y sostenible en la Semana Europea de Prevención de Residuos del IES VALLE DE ALLER 2023

 




Esta experiencia de educación ambiental y conexión con la naturaleza y la historia de los alrededores de Moreda (Aller) contó con la participación activa del alumnado de primero de la ESO del IES Valle de Aller. Fue posible gracias a la colaboración entre la Asociación El Molín de Adela, el Departamento de Geografía e Historia, el Departamento de Biología y el Proyecto Educando para la Sostenibilidad y la Promoción de la Salud.




La actividad consistió en una caminata de aproximadamente ocho kilómetros, partiendo desde el instituto y recorriendo la Senda Verde del Río Negro hasta el pueblo de Agueria, donde se encuentra el molino de rodezno de Adela, accesible para personas en silla de ruedas. Desde allí, se tomó las ruta de Les Fuentes hasta Güertomuru, para luego descender a San Miguel y La Campueta, regresando a Moreda por la antigua vías del antiguo trazado de ferrocarril minero. Durante las primeras horas de la mañana, una ligera llovizna acompañó el inicio del recorrido, cesando luego y dejando pequeñas manchas de niebla que danzaban por las laderas del valle, pobladas de castaños, robles y fresnos.




A lo largo del recorrido, el guía Silvino Cordero, de la Asociación Molín de Adela, y el profesor de biología Diego Fernández planificaron diversas paradas educativas. Estas paradas permitieron al alumnado enriquecer su apreciación del paisaje con pinceladas de botánica, zoología, geología, historia, geografía y etnografía.





Mientras disfrutaban del entorno, identificaron plantas y árboles, descubrieron sus curiosidades y aprendieron a utilizar aplicaciones tecnológicas en sus teléfonos móviles para identificar especies y contribuir, con la información encontrada, al conocimiento a través plataformas virtuales de Ciencia Ciudadana.

Destacamos aquí algunas especies vegetales analizadas, como:




  • La hiedra (Hedera helix), una planta trepadora común en jardines, muros y bosques, que desempeña un papel crucial para las abejas. Constituye una excelente fuente de néctar y polen, especialmente a finales del verano y las primeras semanas del otoño, cuando la escasez de flores en el campo amenaza las reservas invernales de las colmenas. Además, las flores polinizadas dan origen a frutos oscuros que sirven de alimento para pájaros, contribuyendo a la dispersión de las semillas.



  • La hierba del pordiosero, Clematis vitalba, una planta trepadora tóxica que, en la Edad Media, los mendigos utilizaban para causarse llagas, buscando despertar la compasión.

 

  • La celidonia o cirigueña (Chelidonium majus), conocida por sus propiedades curativas en verrugas, gracias al látex amarillo-anaranjado que produce. Su jugo también se emplea para cerrar heridas o cortes de manera casi mágica, motivo por el cual algunos la llaman la mercromina natural o el betadine de la naturaleza. Suele crecer en lugares frescos y sombríos de caminos, terraplenes, taludes y muros, en paseos fluviales y cerca de construcciones abandonadas.
  •  El eléboro (Helleborus) y el rusco (Ruscus aculeatus) son plantas que florecen en invierno, añadiendo una paleta de colores a la estación.



En el otoño es más fácil la observación de ardillas (esguiles), arrendajos (glayos/ pegus rancius), así como los líquenes que cubren las ramas de los árboles (excelentes bioindicadores de un aire no contaminado) ya que el bosque caducifolio experimenta la pérdida de las hojas debido a la disminución de las horas de luz solar y al descenso de las temperaturas, que reduce la producción de clorofila hasta que el proceso se detiene. Estos pigmentos verdes de las hojas se degradan y desaparecen, siendo reemplazados por carotenoides y antocianina, responsables de la variedad de tonos que va desde el amarillo pálido hasta los rojos intensos y violáceos otoñales A partir de este punto, las hojas dejan de ser útiles para el árbol. Los conductos que llevan savia y clorofila a través del tallo, uniendo las hojas a las ramas, se cierran. Así, las hojas mueren y el viento, la lluvia y la nieve las desprenden. El metabolismo del árbol se ralentiza hasta la primavera.

En el mundo de los árboles, existe un fenómeno singular conocido como marcescencia, a medio camino entre los de hoja perenne y la caducifolia. Los árboles marcescentes, como los robles, no pierden todas sus hojas en otoño, aunque suspenden el proceso clorofílico, cambiando sus hojas del verde estival a una variedad de tonos entre el amarillo y el marrón. Algunas hojas permanecen en las ramas hasta finales del invierno. Este fenómeno agrega un elemento fascinante al cromatismo de los bosques otoñales. Como en estas fotografías donde se aprecian castaños desprovistos de hojas con robles aún provistos de hojas en pleno diciembre.


 





El reino fungi y el reino animal también estuvieron presentes en nuestras observaciones, con ejemplos como la Macrolepiota procera (con sus características escamas en el sombrero) o la salamandra (sacabera), perfecto ejemplo de colores de advertencia por toxicidad si se ingiere.





La jornada incluyó explicaciones sobre la historia reciente del área, vinculada a la minería del carbón, que formó parte de la revolución industrial, en la que la máquina de vapor impulsada por la energía del carbón como combustible fósil, marcó un cambio radical en el mundo y transformó esta zona rural en industrial. Se identificaron restos de patrimonio industrial, como la vía del ferrocarril minero, la bocamina, los cargaderos de carbón, los compresores y ventiladores de La Campueta. También se vinculó esta historia reciente y este progreso industrial al paisaje asturiano y a la pérdida de modos de vida tradicionales. Asimismo, se relacionó con la obra "Adiós, Cordera" de Clarín, una obra maestra del realismo español, que se sitúa en un entorno rural asturiano y destaca la realidad de la transformación social y económica que acompañó a la industrialización en España. La trama gira en torno a una familia de campesinos asturianos que poseen una vaca llamada Cordera, símbolo de su sustento y estabilidad. Sin embargo, la llegada del progreso industrial y la modernidad, con la construcción de una línea de ferrocarril, amenaza este modo de vida tradicional, alterando el paisaje y la forma de vida de la familia y llevándolos a la pérdida de su querida Cordera.



 Además, se mencionó el riesgo del grisú, una mezcla explosiva de metano y otros gases comúnmente encontrada en las minas de carbón, que presentaba  riesgos significativos puesto que el metano, siendo un gas inflamable, puede explotar si se acumula en concentraciones adecuadas en espacios confinados y entra en contacto con una fuente de ignición. Esto había llevado a la implementación de medidas de seguridad, como la ventilación adecuada que expulsaba el metano e introduce oxígeno, reduciendo así los riesgos de explosión en las minas.

Se abordó el aumento de población por la inmigración relacionada con la minería en aquella época y cómo el cierre de las minas está actualmente impactado en esta zona, en el concejo y en toda la región región. Es importante recordar que Hunosa (Hulleras del Norte SA), con 40,000 trabajadores, fue la mayor empresa minera pública. En Asturias, explotaba principalmente los yacimientos de hulla, un combustible esencial para los altos hornos de la siderurgia. El alumnado conoció de mano de Silvino y del profesorado de historia la evolución de las explotación del carbón, inicialmente en las montañas y posteriormente a través de pozos verticales con castillete.






En el ámbito de la geología, tras examinar detenidamente las rocas sedimentarias, como el carbón, y comprender su relevancia en la historia reciente de la región, nos sumergimos brevemente en los procesos geológicos de erosión, que configuran valles en forma de V, y de transporte y de sedimentación (responsables de la formación de vegas) llevados a cabo por los ríos. En este contexto, los estudiantes tuvieron la oportunidad de observar de primera mano cómo la biodiversidad de los ríos alleranos se está recuperando, después de haber experimentado pérdidas significativas debido al uso previo de los ríos para el lavado del carbón extraído en las minas.








La jornada concluyó con la recolección de elementos naturales por parte del alumnado para ser utilizados en la decoración navideña del instituto. Silvino la completó con muérdago proveniente de la poda de manzanos de una pomarada de Villaviciosa para así trabajar con el alumnado la tradición navideña de esta planta semiparásita. (Acceso a través del siguiente link: El Muérdago: magia, tradición y ciencia).







Ver procedimiento de elaboración de adornos navideños en el siguiente enlace:

https://sites.google.com/view/deptgeohist/actividades/curso-202324?authuser=1#h.i3x2c99kbxc8

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