domingo, 25 de febrero de 2024

CUIDAMOS DEL AGUA III: FILTRANDO MICROPLÁSTICOS (EL ENEMIGO INVISIBLE)

 





Luego de participar en el taller de Ciencia Ciudadana sobre la Observación de Microplásticos, impartido el 10 de febrero por los miembros de Biodevas Sergio Alonso y José Carlos Nieto Ramos al profesor del Ámbito Científico-Tecnológico Diego Fernández Díaz,  y en una segunda ocasión ofrecido el 22 de febrero por Sergio Alonso al alumnado de 3º de ESO del Programa de Diversificación Curricular , llevamos a cabo nuestro primer muestreo de microplásticos en el lugar habitual del río Aller.








 (Las imágenes de fondo amarillo de este artículo proceden del taller impartido por  el Centro Universitario de Investigación y Desarrollo de Agua de la Universidad de Oviedo)


El plástico, un innovador polímero sintético derivado del petróleo y enriquecido con aditivos como colorantes, estabilizantes y retardantes, ha pasado de ser considerado una maravilla tecnológica a convertirse en un problema omnipresente en el siglo XXI. El consumo masivo de plásticos de un solo uso, que representa el 50% de la basura marina, ha contribuido a que el 94% de estos desechos plásticos termine en el lecho marino. En Asturias, aproximadamente el 85% de la basura costera se atribuye a plásticos domésticos. Además, la preocupación por el impacto del plástico no se limita a los envases, sino que se extiende a la ropa y su lavado (ver el libro "La moda justa: Una invitación a vestir con ética" de Marta D. Riezu).




La verdadera amenaza reside en los microplásticos, partículas de 1 micra -5 mm y provenientes de la descomposición de plásticos más grandes debido a la luz solar, la temperatura y la actividad microbiana. Estas partículas están presentes en el agua e incluso en el aire, y pueden ingresar a la cadena alimentaria. Una vez dentro de los organismos, actúan como disruptores endocrinos debido a sus aditivos. En el caso de los filtradores, causan saciedad, lo que conduce a la muerte por malnutrición, ya que los microplásticos no les aportan nutrientes. Además, son una fuente de patógenos, pues propagan organismos microscópicos como virus y bacterias que se adhieren a ellos.

 

Los plásticos depositados en el sedimento de ríos y playas alteran las condiciones ambientales, afectando las propiedades físicas de la arena y disminuyendo la absorción de calor. Además, el microplástico actúa como una esponja de contaminantes, adsorbiendo sustancias tóxicas del entorno.

 

En Asturias las corrientes van hacia el este, lo que provoca una mayor concentración de microplásticos en esa dirección. También se ha observado que las playas con más basura tienen más plumeros de la pampa, debido a que estos se extienden por lugares más degradados.

 


Obtención de Muestras
 














Para llevar a cabo el proceso de filtrado del agua, utilizamos el émbolo del Aeropress, que tiene una capacidad de aproximadamente 200 mL. Para alcanzar los 3L deseados, debemos realizar el filtrado equivalente a 15 émbolos. Es crucial tener en cuenta que al presionar con el émbolo, es necesario evitar llegar hasta el final, ya que la punta podría retener posibles fibras presentes en el filtro de poro de 0.8 micras. Para favorecer el secado del filtro, se puede realizar varias veces el filtrado solo con aire.

 Una vez completado el proceso de filtrado del agua, extraemos el filtro con unas pinzas y lo colocamos sobre un trozo de papel de aluminio y lo doblamos a la mitad, para luego introducirlo en el congelador. Al sacar el filtro del congelador, desplegamos el papel de aluminio, desdoblando el filtro y permitiendo que se seque en un espacio libre de polvo, como un armario, por ejemplo. Después de 24 horas, el filtro estará completamente seco.

 


 Observación del microplástico a la lupa en el laboratorio


 

Para realizar el recuento de fragmentos de plástico bajo la lupa nos ayudamos lupa de las pinzas. Lo revisamos sistemáticamente, evitando pasar dos veces por el mismo sitio para evitar contar dos veces el mismo plástico, moviéndolo, por ejemplo, siempre de izquierda a derecha.

Anotamos cada fibra, fragmento o microesfera (pellet) que veamos, incluyendo el color. Clasificaremos cada fibra y fragmento en seis categorías de colores: "blancos/transparentes", "negros", "azules", "rojos", "verdes" y "otros" (el resto de colores). Los pellets, que suelen ser pocos y generalmente blanquecinos, los contamos sin clasificar más.

En caso de duda sobre si un objeto es de plástico o no, podemos tocarlo con una aguja calentada con un mechero. Si se deforma al contacto, es plástico. Si no se altera o se rompe sin deformarse, probablemente sea un palito o un trozo de concha.

Una vez contados y anotados todos los microplásticos del filtro, transferimos los datos al formulario, introduciendo previamente el código del punto de muestreo, la fecha y hora, el número de litros filtrados. En caso de no encontrar alguna categoría, colocamos 0.


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Fotos: https://photos.app.goo.gl/VPyKE6M8yjXSZc4BA

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