El martes 20 de mayo, el IES
Valle de Aller participó activamente en la fase final de la III
Conferencia Internacional de Jóvenes "Cuidemos el Planeta" (Confint)
en Asturias, celebrada en el Palacio de Congresos Ciudad de Oviedo.
Nuestro centro fue uno de los 15 institutos que formaron parte de esta experiencia transformadora, que reunió a estudiantes de toda la
región comprometidos con la lucha contra el cambio climático y la economía
circular.
La Confint es un foro
internacional de participación juvenil que fomenta el pensamiento crítico y
el compromiso con la sostenibilidad. En Asturias, está promovido por Cogersa
dentro del marco de la Red de Escuelas por la Circularidad (REC), y
forma parte de la red estatal EsEnRED, impulsada por el Ministerio
para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Durante el curso
2024-2025, más de 5.000 estudiantes asturianos han participado en esta
iniciativa, desarrollando proyectos, propuestas y campañas en sus centros
educativos. El IES Valle de Aller ha sido uno de los protagonistas, gracias al
trabajo realizado dentro del Proyecto Educando para la Sostenibilidad y la
Promoción de la Salud (ESPS).
Tras la feria, los
jóvenes participaron en una intensa mañana de talleres creativos y
participativos,
como:
Teatro y expresión corporal.
Percusión con instrumentos
reciclados.
Reportaje fotográfico y audiovisual.
Elaboración de un manifiesto
colectivo por el clima y la economía circular.
Creación de un mural artístico
colaborativo.
Mientras tanto, el
profesorado participamos en un taller específico centrado en la reflexión sobre
nuestra labor docente en el marco de estos retos ecosociales. Durante la sesión
abordamos aspectos clave como la metodología utilizada para desarrollar los
proyectos, las emociones que experimentamos en el proceso, las dificultades que
surgen en el día a día y las estrategias más eficaces para divulgar y dar
visibilidad a estas iniciativas dentro de la comunidad educativa.
Uno de los momentos más
destacados fue la elección de las nuevas ecodelegadas y ecodelegados,
que representarán a Asturias en la VII Confint Estatal, que se
celebrará en otoño en Palencia. Este proceso fomenta la participación
democrática, el liderazgo juvenil y la conexión con otras regiones
comprometidas con la sostenibilidad.
La sesión concluyó con la
lectura del manifiesto colectivo, elaborado por los propios jóvenes,
ante representantes institucionales:
Susana Madera, directora general de
Medio Ambiente y vicepresidenta de Cogersa.
José Ramón Pando, concejal del
Ayuntamiento de Oviedo.
José Ángel Toyos, alcalde de Colunga.
Paz Orviz, gerente de Cogersa.
En el manifiesto se
recogieron propuestas concretas relacionadas con:
Consumo responsable y reducción del
desperdicio alimentario y textil.
Uso sostenible del agua.
Contaminación por microplásticos.
Acceso equitativo a recursos
educativos.
Además, las autoridades
visitaron la feria de proyectos y felicitaron a las y los jóvenes por su
compromiso y su capacidad para generar propuestas de valor, destacando su
potencial para influir como futuros líderes sociales, académicos y
profesionales.
Desde el IES Valle de
Aller seguimos creyendo que la juventud no es solo el futuro, sino el
presente del cambio. Su voz, sus ideas y su energía son imprescindibles
para construir una Asturias más justa, saludable y sostenible. ¡Enhorabuena a
todo el alumnado por su implicación y a seguir trabajando por el planeta!
El pasado 30 de abril, el
alumnado del IES Valle de Aller participó en una enriquecedora actividad gratuita organizada por el proyecto Educando para la Sostenibilidad y la Promoción
de la Salud (ESPS), en colaboración con los departamentos de Biología
y Geología, Geografía e Historia y Música. El objetivo: conocer y
reflexionar sobre el uso sostenible del agua, el valor del patrimonio
natural, cultural y lingüístico de nuestro entorno y la historia minera que
forma parte de nuestra identidad.
🌿 Un paseo hacia el
conocimiento
Tras un breve paseo desde el
instituto hasta el pueblo de Güeria, fuimos recibidos por Silvino y Ricardo,
miembros de la asociación El Molín de Adela, auténticos guardianes de la
memoria viva del lugar. Para ir del hórreo a molino, recorrimos un antiguo trazado
ferroviario minero, por el que antaño circulaban vagones de carbón tirados
por mulas que, luego, en el interior de la mina La Leoncia eran tirados por bueyes. En el
margen del sendero se situaban las tolvas donde se descargaba el carbón.
A lo largo de toda la
actividad, se fueron incorporando términos en llingua asturiana, que
ayudaron al alumnado a familiarizarse con el léxico tradicional vinculado al
molino, al paisaje y a la vida rural.
🏡 Patrimonio etnográfico:
hórreos y formas de vida
Visitamos uno de los dos
hórreos que aún se conservan en el pueblo, adaptado para personas con
movilidad reducida. Aprendimos que estos espacios eran fundamentales para
almacenar alimentos y que los primeros eran propiedad de instituciones eclesiásticas o de grandes señoríos. En
la Edad Media, la Iglesia controlaba una parte importante del territorio rural
y cobraba rentas y diezmos en especie (escanda, castañas, productos agrícolas…). Para
almacenar estas rentas, se construían hórreos dentro de sus dominios o cerca de
las iglesias y monasterios. Con el paso del tiempo, su uso se extendió a la
población campesina, especialmente a familias acomodadas, como símbolo de
riqueza y autonomía económica.
Todos sabíamos que elevar el
hórreo sobre pilares (pegollos) con muelas de piedra impedía el acceso de roedores y la humedad.
Pero desconocíamos que, antiguamente, una de las formas más comunes de robar el
contenido de los hórreos de la Iglesia era colocarse debajo y perforar el suelo de madera
para vaciar las provisiones almacenadas. Por eso, en algunos casos, se
colocaban losas de piedra sobre su suelo como medida de protección.
El hórreo sirvió de escusa para
hablar de la forma de vida típica del entorno agrario hasta los años 70 del
pasado siglo. Llamaron especialmente la atención las "corras", que
las mujeres colocaban sobre sus cabezas para situar sobre ellas los calderos en
los que traían el agua desde la fuente hasta casa.
También Silvino en su explicación
dio importancia al uso de plantas medicinales, cera y miel (apicultura), en una época en la que no existían las farmacias.
🌊 Patrimonio etnográfico:
la tecnología ancestral del molino en la sostenibilidad y la tradición
De los 220 molinos registrados
en Aller en tiempos del Marqués de la Ensenada, solo queda uno en
funcionamiento: el Molín de Adela (el de Felechosa dejó de funcionar hace poco tiempo). Este molino tradicional, que
aprovecha la fuerza del agua acumulada en una balsa, pone en marcha el
rodezno (“rueldu”), una rueda de cazoletas de hierro (fabricada por el “ferreru”)
que gira sobre el "peón" de madera de higuera (que no se desgasta con el
agua) y hace mover la muela superior-móvil ("piedra volandera") que gira sobre
otra muela fija. Su función principal es triturar el grano (como trigo, escanda o maíz)
al girar sobre la muela inferior convirtiéndolo en harina.
La muela presenta en su
superficie una serie de canales, surcos o estrías tallados cuidadosamente fundamentales
en el proceso de molienda: facilitan la trituración del grano, guían el grano
desde el centro de la piedra (el "ojo de la muela") hacia el
exterior, asegurando que toda la superficie de la piedra participe en la
molienda y sirven para evacuar la harina, evitando que se compacte entre las
piedras y asegurando una molienda continua y uniforme.
También conocimos el "molín de
rabilar", que se usaba en las casas para descascarillar la escanda antes de
llevarlo al molino, es decir, quitar la cáscara dura y resistente de la escanda
(“erga”).
📖 Cultura viva: entre
adivinanzas, bailes y cumpleaños
Los molinos de Asturias no eran solo lugares económicos y de trabajo: hasta bien entrado el siglo XX, fueron también auténticos espacios sociales y culturales en la vida rural. El molinero solía cobrar en especie, recibiendo “la maquila”. Por su parte, la molinera gozaba de una presencia muy especial en la cultura popular: era considerada astuta, trabajadora y gran conversadora. Su figura aparece con frecuencia en canciones, cuentos y leyendas, muchas veces envuelta en un halo de picardía o misterio. En la literatura oral asturiana, no es raro encontrarla como protagonista de historias de los personajes mitológicos, encuentros secretos o incluso brujería. El molino, además, podía transformarse en un improvisado lugar de reunión y celebración: cuando varios vecinos esperaban su turno de molienda, compartían comida, chismes y música. Allí, se contaban cuentos y adivinanzas, se entonaban cantares, coplas y romances. Los jóvenes aprovechaban esos ratos para conocerse o cortejarse, lejos de la mirada vigilante de la familia.
Por eslo, el aprendizaje fue también
festivo y participativo. Contamos adivinanzas relacionadas con el molino,
y celebramos el cumpleaños de Ricardo con música, canto al que se le adaptó una danza tradicional
asturiana al ritmo de pandereta. Una forma maravillosa de unir saber,
cultura y comunidad.
Estas son las adivinanzas ("cosadielles")
picantes tal como las decía el abuelo de Diego Fernández originario de Rubianu (Grau), con
el habla de la zona:
¿Que cousa cousariella ya que
tandu la miou buela panza p’arriba vienu’l miou buelu ya tirouse-y enriba? (la
muela del molín)
¿Que cousa cousariella ya que
tandu la miou buela mexandu vienu’l miou buelu ya metio-yla callandu? (la
paradoria del molín)
Grandi lu tengu, más lu quisiera,
que ente las piernas nun me cogiera .
(El caballu).
🐟 Patrimonio natural: el
río como hilo conductor de vida
El puente sobre el río Negro,
construido por los vecinos en 1900, nos recuerda la importancia del esfuerzo
colectivo. Este río, en la zona de La Tablera se une con el río Aller que baja por Casomera. Posteriormente, el río Aller desemboca en el río Caudal, que se
une finalmente al río Nalón, el más largo y caudaloso de Asturias.
El entorno del río Negro está declarado Lugar de Interés Comunitario
(LIC) por la presencia de especies como el desmán ibérico, además de la nutria y
el mirlo acuático, todos indicadores de buena calidad del agua.
Ricardo nos mostró materiales
contaminantes —botellas, botes de herbicidas, plásticos de todo tipo, etc.— arrastrados por el río hasta
el canal del molino. Una llamada de atención al civismo y la responsabilidad
colectiva.
🌍 Un paisaje que habla de
historia, sostenibilidad y futuro
Silvino nos mostró cómo
interpretar el paisaje: minas de montaña, castilletes y explotaciones a
cielo abierto que transformaron la economía y el territorio hasta el
reciente cierre del último pozo asturiano en 2024, en Ablaña. La pérdida de población tras el declive de la minería nos recuerda la necesidad de buscar nuevos modelos de desarrollo sostenible.
Observamos cómo los pueblos se
estructuran de forma concéntrica: en el centro, las casas con huertos; más
allá, los prados; y en el exterior, los bienes comunales.
Regresamos a Moreda por la antigua vía
del ferrocarril minero, (dejando para otro día la visita de la Mina de La
Campueta) recordando cómo el transporte del carbón hacia la siderurgia y su
exportación por mar, transformó para siempre nuestro paisaje… y cómo el agua,
la cultura y el saber popular siguen siendo la energía que mueve nuestras
tradiciones. La visita al Molín de Adela
ha sido una experiencia educativa muy enriquecedora, que ha permitido al
alumnado conectar con el patrimonio natural, etnográfico y cultural de Aller
de forma vivencial. La actividad no solo ha reforzado contenidos curriculares
de Biología, Geología, Geografía, Historia, Música, Llingua Asturiana, Física y
Tecnología, sino que ha fomentado el respeto por el medio rural, la
sostenibilidad y las tradiciones que forman parte de nuestra identidad
colectiva.
A través del recorrido, los
talleres, las canciones y el contacto directo con el entorno, el alumnado ha
comprendido cómo el agua ha sido, y sigue siendo, motor de vida, de trabajo
y de cultura en nuestros pueblos. Si algo hizo especial nuestra
visita al Molín de Adela, fue la presencia de Ricardo y Silvino, dos
personas que no solo explican el pasado, sino que lo mantienen vivo con sus
palabras, sus gestos y su compromiso con el territorio. Ambos son mucho más que
anfitriones: son auténticos guardianes del patrimonio rural y cultural de
Aller. Gracias a ellos, el alumnado pudo viajar en el tiempo, entender cómo
se vivía y trabajaba en los pueblos, y aprender el valor de lo sencillo, de lo
hecho con las manos y con el corazón.
Silvino, con su capacidad para leer
el paisaje y narrar la historia minera, agrícola y humana que lo conforma,
nos enseñó a ver lo que normalmente pasa desapercibido.
Ricardo, con su
cercanía, su sabiduría popular y su profundo amor por el molino y su entorno, transformó
el aprendizaje en emoción.
Ambos supieron conectar con
los jóvenes desde el respeto y la autenticidad, sembrando en ellos la
semilla del conocimiento, del respeto por las raíces y del compromiso con el
futuro.
Gracias, Ricardo y Silvino, por
mostrarnos que cuidar del agua también es cuidar de la historia y de las
personas. Y por enseñarnos que la sostenibilidad también se transmite…
contándola.
Lamentamos profundamente no
haber podido realizar el taller del proyecto “Cuidamos del agua”, previsto con
la Universidad de Oviedo. Habíamos puesto mucha ilusión en esta actividad,
que representaba una oportunidad única para seguir aprendiendo de forma
práctica sobre el agua y los microplásticos, los ecosistemas acuáticos y la
ciencia ciudadana. Porque, como bien aprendimos, cuidar del agua es cuidar
de la vida… y también de las oportunidades de aprender juntos.